Con esto del confinamiento, la productividad y las rutinas, se han creado unos mitos alrededor del (supuesto) teletrabajo que nos están haciendo dejar a un lado pequeños placeres que nos harán más llevadera esta situación.

 

A continuación te comparto los lujos que tenemos a nuestro alcance y que estamos ignorando por aquello de pensar que lo que estamos haciendo en esta situación forzada de productividad, es realmente…teletrabajo:

 

– Vestirte como si fueses a la oficina: la parte clave de la expresión es “como si”. Es que no vas a ir a ninguna parte, ni hoy ni mañana ni pasado. Salvo que tengas perro y tengas que ir a la compra, y espero que esto lo hagas de manera consciente, con lo que será pocas veces y rápido. Por lo tanto, ¿qué necesidad tienes de vestirte con americana, camisa, vaqueros o demás ropa que no te sea cómoda para ir del sofá al escritorio y de ahí, a la cocina?

Ya no te digo nada, del tema de estar con calzado de calle. Los entendidos dicen que para meterse de lleno en el teletrabajo, hasta calzado de calle (tacón, mocasín, etc.) has de ponerte durante toda la jornada laboral.

Yo no lo veo. No sólo por cuidar de mi parquet, que sólo pensar en barnizarlo se me ponen los vellos de punta, sino porque…estoy 24 horas en casa!!! Y no estoy teletrabajando, estoy haciendo algo parecido a hacer cosas de casa cuando puedo.

 

– Imagen personal global: ducha, maquillaje, peinado. Si ya me da pereza ponerme el “uniforme” de trabajo, no te digo ná lo de maquillarme, peinarme o ducharme bien temprano. Salvo que sea algo que algo que te guste o te active por naturaleza y te haga sentirte mejor, te invito a que te duches a deshora y que no te peines como lo harías para ir a trabajar. El placer de plantarte un moño estilo “homeless” y no maquillarte en semanas, es algo que sólo en este contexto no tiene connotaciones de dejadez o principios de depresión (estoy ya es menos broma…). Ahora, si te gusta verte bien y te hace sentirte mejor estando en casa, adelante Señorit@ Pepis!.

 

– Crear rutinas y ponerte límites: sí y no. Estamos en un momento en el que realmente da igual la hora a la que nos levantemos, comamos o empecemos una determinada tarea. Por norma general, mañana será igual. Llevamos 1 mes en el día de la marmota, qué puede ir tan mal si nos pasamos de la hora? Tampoco es cuestión de comamos callos a las 3 de la mañana, pero si flexibilizamos un poquito los horarios y nos basamos más en resultados, igual nos va hasta un poco mejor. Es decir, en lugar de poner horarios estrictos para trabajar y realizar las comidas, plantéate el comer 3 veces al día con 3-4 horas máximas de separación entre comidas y realizar entregas determinadas de trabajos o tareas. No sé, es sólo una idea.

 

– Ser productiv@, a toda costa: no y no. Al menos entendido como estar haciendo constantemente algo que ni siquiera te habías planteado o no te gusta. No te gusta cocinar, no cocines. Te aburre la ópera, no vayas a conciertos virtuales. No eres de leer, no leas. No eres de estar todo día conectado ni llamando, no lo estés. No eres de hacer deporte, no te metas al fitness ahora de repente. No has visto series míticas, no las veas. Ya bastante tenemos con sobrevivir a todo esto, como para encima ponernos a hacer todo tipo de tareas insatisfactorias por norma general para nosotros. No hacer nada, ya es mucho. Pero sobre todo, hacer algo por imposición ajena, por presión social o por autoexigencia, no te hará mejor. Ni ahora ni cuando salgamos de esta crisis. Y piensa ¿en qué momentos has tenido la oportunidad de ser útil al mundo sin hacer nada? En la vida!!! Aprovecha, que esto se pasará, de verdad y no sé cuando volveremos a tener tiempo para no ser productivos y que sea provechoso al mismo tiempo.

 

– Estar más con los tuyos: a lo mejor lo que necesitas en este confinamiento es estar sol@, para dormir, descansar, no dar explicaciones, pensar, discutir contigo mism@… Y quizás no puedas hacerlo por tu situación personal. Así que, aunque es tiempo para poner a prueba relaciones, familias y, sobre todo, paciencia, no pasa nada por echar de menos estar a solas, en silencio y sin ganas de compartir espacio con otras personas. No eres antisocial ni nada por estilo, es que …todo, en extremos más, cansa. No necesitas estar agradecid@a la vida, ni salir reforzad@de esta, si salir siendo mejor, con que salgas, ya casi te vale, me vale.

 

En fin, que espero que hacer caer estos mitos te hagan más llevadera la situación que estamos viviendo. A mí, pensar así me ha venido bien por momentos, y si te puede venir a ti, bienvenido sea.

 

En caso contrario, este mensaje se borrará de tu memoria en 5 segundos.

 

Y tan felices, oiga.

 

Imagen: static1.larioja.com

 

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