Este post no pretende ser una lección moral, sino una reflexión personal sobre lo que considero básico en la vida: dar, aportar y sumar, para poder esperar recibir. Si has tomado algún café conmigo, hemos conversado o compartido alguna formación, no será algo que te sorprenda pues es un tema que surge muy a menudo en mi entorno.

Siempre he sostenido que el refranero popular y la figura de los abuelos, atesoran una inmensa sabiduría. Y el paso del tiempo se está encargando de darme la razón, te explico porqué pienso así…

Mi abuela, casi analfabeta por tener que trabajar desde bien niña, siempre ha sido muy refranera. No puedo citar todos los refranes que me ha dicho a lo largo de mi vida, siempre perfecta y dolorosamente situados en el marco espaciotemporal. Pero sí me gustaría hablarte de uno de ellos, que cada día cobra más sentido para mí: “Manos que no dais, qué esperáis”.

Me han educado en el agradecimiento como muestra de reconocimiento y estima hacia alguien, dado su servicio de ayuda hacia ti. Por lo tanto, para mí, agradecer es tan natural como saludar, despedirse o pedir disculpas. Lo cual choca con lo que me he ido encontrando a lo largo de la vida, y mucho más en estos últimos tiempos.

Intentaré centrarme en el mundo laboral, pues este tema a nivel personal es mucho más doloroso de lo que parece… En estos últimos años, donde la competencia ha aumentado y el mercado laboral está tan agitado, he vivido y presenciado situaciones de auténtica supervivencia. Y a pesar de haber tenido tentaciones, siempre me he mantenido firme en la convicción de que si das, recibirás. Y si no es así, al menos lo has hecho según tus creencias y eso te hace ser mejor persona, pues incluso dar sin esperar nada a cambio, te hace mejor, mucho mejor.

Te hablo de derivar proyectos a compañeros/conocidos en el caso de no puedas (o no sepas) desarrollarlos tú, me refiero a ayudar a alguna empresa o colega a buscar un perfil determinado entre tus contactos. Estoy hablando de crear puentes entre personas con tan solo una llamada o un mail para facilitarles la vida cuando a ti a penas te supone un minuto. Y te preguntarás ¿y tú que ganas? Pues gano y mucho más de lo que pueda parecer…

 

Lo que inicialmente es gratuito, se te devuelve: no siempre en el tiempo y forma que esperas, pero vuelve, créeme.

 

Te voy a contar 7 trucos infalibles que te harán mejor profesional y persona, ya que en el fondo es indivisible:

– Cuando veas una oferta de empleo para la que no cumples requisitos, pero sí conoces a alguien que los cumpla: pásale la información. Quizás esa persona haga lo mismo contigo mañana, y si no es así, dormirás tranquilo.

– Cuando estés en una sala de espera para ser entrevistado, relaciónate y sé amable con quienes están presentes (siempre y cuando percibas intención por su parte de querer comunicarse). Hace que el tiempo y los nervios se vean de otra forma y nunca se sabe con quién puedes estar hablando.

– Ante un trabajo que no puedas realizar por agenda o por falta de conocimientos, piensa en algún contacto de confianza que pueda hacerlo y ofréceselo. Tranquilo, no estás abriendo la puerta al enemigo, sino creando nuevas alianzas.

– Cuando alguien te pregunte si conoces algún profesional que domine algún tema ajeno a tí, piensa y estrújate bien el coco. Seguro que conoces alguno, y si haces que se conozcan, habrás solucionado el problema de dos personas de un plumazo y de paso, habrás afianzado relaciones.

– Cuando tu “competencia” tenga éxitos merecidos y haga las cosas bien: felicítales, dales la enhorabuena. Eso te honra, y además de mostrar humildad, estás siendo coherente con tus principios.

– Cuando algún colega publique temas interesantes o posts de calidad en las redes sociales: no esperes ni un momento para difundirlo. Si es bueno y lo difundes, tu criterio y tu marca personal, también lo serán. (Esto puede ocurrirte a pesar de que tu colega, sea insoportable…).

– No bloquees a los que consideras “competencia” profesional: deja que todos vean lo que sabes hacer y dales la oportunidad de generar debate. Con ello mostrarás apertura, flexibilidad y, sobre todo, seguridad en lo que haces y la imagen pública que proyectas.

 

Para finalizar con buen sabor de boca, y a pesar de haber vivido esta situaciones desagradables que comentaba, también me he encontrado con personas maravillosas que me han facilitado participar en proyectos interesantes, que han confiado y han creído en mí. Compañeros que me han recomendado y me han tenido presente en muchas ocasiones, personas con la que se han creado vínculos que van más allá de lo meramente profesional…

 

A todas ellas GRACIAS INFINITAS!!! Todo lo que he recibido es inmensamente mayor que lo dado. De ahí que crea a ojos cerrados tanto en el refrán de “Manos que no dais, qué esperáis” como en el de “Es de bien nacidos, ser agradecidos”.

 

Imagen: pinterest.com

0 comentarios
  1. María de los Ángeles Espínola Zetina.
    María de los Ángeles Espínola Zetina. Dice:

    Gracias Jessica, tu esencia reflejada en lo que nos compartes. Mi admiración es infinita . Tu abuela una sabia mujer de la universidad de la vida. Abrazo cariñoso y fuerte.

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  2. Gabriel Redondo
    Gabriel Redondo Dice:

    Hola Jessica, pasaba por aquí ;). Este artículo me ha recordado también a mi abuela. Ella es la persona más generosa que conozco, si podría me daría hasta el alma. ¿Y qué pide a cambio? NADA! Una de las mejores lecciones que debemos aprender. Gracias por reflejarlo así de claro en este artículo. Creo como tú, con los ojos cerrados, en que si das, sigues dando y no paras de dar, en algún momento, de alguna forma o en algún lugar lo recibirás, y a veces puede que hasta todo de golpe. Si me permites añadiré un matiz: La manera de dar vale más que lo que se da. Un abrazo Jessica y felices vacaciones!

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    • jessica
      jessica Dice:

      Hola Gabriel, mil gracias por pasarte de nuevo por aquí! El agradecimiento y la generosidad van de la mano, y creo a ojos cerrados, como digo en el post, de que siempre viene devuelto mucho más allá de lo que das. Pero no es ese el motivo de tales valores, sino lo que aportan en sí mismo. Gracias por comentar y gracias a nuestras abuelas que tanto nos enseñan… Un abrazo!

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  3. Plácida
    Plácida Dice:

    Y como «es de bien nacido, ser agradecido», quiero empezar dandote las gracias por este post. La filosofía, la forma de vida que plasmas en él, desde mi punto de vista, es menos usual de lo que debería ser, por lo que es un placer, y sobre todo un gran favor a la sociedad, que compartas reflexiones sobre este tipo de valores. Mil gracias. Un saludo.

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    • jessica
      jessica Dice:

      Mil gracias por comentar en el blog, Plácida! Es una forma de ver la vida basada en los valores inculcados y que, afortunadamente, tiene más éxito de lo que se piensa. Compartirlo es un doble placer: de liberación y de ver como hay más «locos» que también la tienen. Un abrazo inmenso y gracias a ti por hacerme llegar todo esto.

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  4. Isabel Pumares
    Isabel Pumares Dice:

    Felicidades por este post que refleja valores que todos deberíamos tener. Intento dar a mi red profesional todo lo que puedo y, como dices, recibo mucho más de lo que doy. La satisfacción cuando ayudas a alguien es infinita! Sigue escribiendo así. Un saludo, Isabel Pumares

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    • jessica
      jessica Dice:

      Hola Isabel, mil gracias por escribir en el blog! Como ves, una escribe un post como homenaje a los refranes de su abuela, que tanto le han aportado y recibe infinitamente más de lo entregado: opiniones, aportaciones, experiencias… Y esto pasa con los clientes, con los colegas, con los relaciones en general, al menos a mí, me ocurre. Con lo que, vamos en la misma línea y me encanta! Mil gracias de nuevo, un fuerte abrazo.

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  5. Marta Trinidad
    Marta Trinidad Dice:

    Que maravilloso conocer a personas que ven y viven la vida, tanto en lo personal como profesional, como yo. Siempre doy gracias por encontrar en el camino a gente estupenda que aporta algo a mi vida y a la de los demás. Ojalá algún día nos juntemos, seguro será estupendo!!!!
    Gracias y un abrazo!!!

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    • jessica
      jessica Dice:

      Hola Marta, mil gracias por comentar en el blog y dedicar tu tiempo a pasarte por aquí. Me alegro muchísimo de coincidir en este aspecto contigo. Yo, no concibo la vida sin agradecer lo que recibo y sin dar. Obviamente no das de forma continua ni a todo el mundo de la misma manera, pero das… Y eso, te hace mejor persona. Ya sólo por eso, merece la pena. Seguro que pronto nos encontraremos.
      Un fuerte abrazo y gracias de nuevo!

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  6. Lourdes
    Lourdes Dice:

    Que gran post Jessica, cuanto me recuerda a mi abuela y mi madre, personas generosas donde las haya! Siempre dando sin pedir nada a cambio, nunca cobraban los favores, esta es una gran herencia q me han dejado, y q orgullosa estoy de ellas.
    En el momento en que te conocí supe q eras una persona con estos valores q escasean cada vez y por eso y por mucho más te quiero cerca. Graciasssss por ser como eres y aportarme tanto y tan bueno. Un besazooooo

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    • jessica
      jessica Dice:

      Hola Lourdes! Y qué bien lo hicieron tu abuela y tu madre contigo, qué bien!!! Me hace tan feliz que me veas así, tanto… Es un lujo tenerte cerca y sentirte así. Un fuerte abrazo y mil gracias por comentar.

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  7. jessica
    jessica Dice:

    Mil gracias por la mención en tu blog (www.fabulasdecomunicacion.es) Jose Manuel! Es todo un lujo aparecer en un post sobre marca personal junto a Eva Collado y Tom Peters. Siempre he creído que la colaboración te hace llegar mucho más lejos que el individualismo. Una cosa es ser autónomo, autosuficiente, independiente…llámalo como quieras, y otra trabajar (y vivir) en colaboración con un grupo de personas. Un abrazo enorme y mil gracias de nuevo por la mención y por hacérmela llegar a través del blog.

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  1. […] interesada, yo te lo podría explicar de mil formas, pero es mucho mejor que leas este post de Jessica Buelga que te lo resume […]

  2. […] “¿Manos que no dais, qué esperáis? “, se titula un post de Jessica Buelga sobre la importancia de la generosidad en el ámbito de las relaciones laborales. “Estoy hablando de crear puentes entre personas con tan solo una llamada para facilitarles la vida cuando a ti apenas te supone un minuto”. Puentes que unen las dos orillas de la marca personal (el yo y el nosotros) sobre el río en el que navega el valor de nuestros conocimientos y experiencias. Un caudal que se empobrecerá sin la aportación de afluentes y la contribución a efluentes y que debe desembocar en el océano de los conocimientos compartidos. […]

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