Tras varias semanas leyendo, prácticamente a diario, sobre las nuevas tendencias en la gestión de personas, me he decidido a reflexionar en voz alta sobre ello contigo.

Estoy un tanto cansada de “gurús” que narran de forma cíclica las nuevas modas en lo que a recursos humanos y talento se refiere. Y no me refiero a quienes investigan en esta materia e intentan implantar una nueva forma de trabajar en su entorno, no hablo de quienes plantean una ruptura de esos viejos paradigmas que nos han llevado a anclarnos en el pasado en esto tiempos tan cambiantes y volátiles.

Me refiero a los “dinosaurios cognitivos” que se aferran al estatus social (y psicológico) que durante muchos años ha dado el pertenecer al departamento de Recursos Humanos, a quienes tenían la sartén por el mango en tu vida para decidir si eras apto o no apto para el puesto, tantas veces sin criterio alguno… Hablo de los dictadores que durante varias décadas han cortado cabezas a su antojo, y que hoy en día cada vez lo tiene más difícil para sostener ese, su estado de bienestar.

Afortunadamente hoy, muchos nos hemos dado cuenta de que esa forma (caduca) de gestionar recursos, está oxidada, muerta, rota. Y de que es necesaria cambiarla de inmediato. Pero no solamente con artículos en prensa de primera línea, con conferencias y charlas magistrales (me gustan tan poco este término como el “gurú”), sino con los cambios de actitud que requiere el día a día y sorteando los obstáculos de los que hablo en estas líneas.

Cuando me hables de nuevas líneas a seguir en la gestión del talento humano, me gustaría leer más allá de recomendaciones facilonas revestidas de innovación y que me contases la verdad sobre lo que me voy a encontrar cuanto pretenda poner en marcha esas buenas intenciones en las organizaciones con y para las que trabajo:

– Me gustaría saber de antemano, que debería conocer a la perfección la misión, visión y valores de la empresa, su estrategia y estilo para poder formar parte de ella de manera real. Es decir, tendría que conocer la dificultad que voy a encontrarme al intentar formar parte de las decisiones cruciales que tomará esa organización, saber que no me va a ser fácil hacerme un hueco y que me costará hacer que escuchen aquellos a quienes puedo hacer tambalear su equilibrio y comodidad. Y sobre todo, porque muchas veces con mi llegada, la propia empresa es consciente de la falta de claridad de esa misión, visión, valores y estrategia, con lo que empezamos bien la relación…

– Agradecería que me dejasen estar donde debo estar: entre las personas que forman la organización. Mi sitio no es el despacho ni la última y alejada planta con hermosas vistas, al menos gran parte de mi tiempo, no lo es. Mi lugar está donde se hacen las cosas, donde surgen los conflictos, donde está la información, donde se desarrollan los procesos, donde nacen las relaciones. Ese es mi lugar: por favor, déjame que me mueva por donde necesite y cuanto necesite, no estoy cómoda estando aislada entre barrotes de oro, o al menos, así lo siento. Entiendo que a tí te pueda gustar, pero no es mi caso y soy yo quien lo pide.

– Me encantaría que me avisases, y además me ayudases a sobrellevar, las risas y bromas que tendré que presenciar sobre mis nuevos métodos respecto a cómo tratar al empleado, cómo recibirlo y ayudarlo a su llegada a la organización, sobre los cambios necesarios en la forma de comunicarnos. Así sería más fácil para mí saber que es muy posible que sea rechazada por aquellas partes de la empresa que me ven como su enemiga al hacer que su estabilidad y anquilosamiento se vean afectados. Ya lo sé, pero me alivia saber que sólo es parte del proceso.

– Necesitaría que me ayudases a quitarme el lastre de optimista sensiblera, la pesada losa de ñona “arreglalotodoconabrazos” que parece cernirse sobre mí cada vez que surge que soy psicóloga y me dedico a la gestión de las personas. Yo aporto técnicas, procedimientos, métodos, números y hasta gráficos, si lo deseas, de lo que un cambio en el enfoque hacia las personas y su talento en las organizaciones podría generar. Trabajar con y para las personas en las empresas no significa dejar a un lado la profesionalidad, productividad y efectividad. Si me apuras, te diría que se trabaja en aras de ello con más ahínco que si sólo nos enfocamos hacia un aspecto meramente industrial.

– Por último, desearía saber hacer entender a las empresas que para poder desarrollar mi trabajo correctamente y obtener los mejores resultados (que no siempre coinciden con lo que se me piden inicialmente), necesito ser respetada, tiempo y recursos, y además por este orden. No podré realizar aquello para lo que se me ha llamado si mi figura no es respaldada y apoyada por la dirección, al mismo tiempo que necesito emplear tiempo y recursos para poder conseguir los objetivos planteados. Preciso hacer comprender que si es rápido y barato, no será profesional.

 

Así que, en tu próximo artículo o charla sobre cómo gestionar personas y talento, háblame sobre la caducidad del sistema actual, sobre lo obsoleto que perdura en las organizaciones y el daño que les está haciendo. Pero, por favor, cuéntame también lo difícil que va a ser generar ese cambio de paradigma y mentalidad oxidada, la cantidad de personas que siguen aferradas a sus corbatas y zapatos negros de Recursos Humanos. Y finaliza, animándome a formar parte de transformación tan necesaria en muchos casos, porque yo sé, que a pesar de todo, merecerá la pena. Pero necesito oírlo de tí…

Fuente de la foto: pixabay.com

0 comentarios
  1. Miguel
    Miguel Dice:

    Ya es un clásico empezar los lunes con la lectura del blog de Jessica. Emociones, reflexiones, polémica, debate, …. lo que es es seguro es que el blog no va a seguir los lugares comunes que normalmente transitan muchos comentaristas de los mal llamados recursos humanos. Y digo comentaristas porque la gestión de personas y de sus relaciones profesionales, al igual que otras disciplinas relacionadas con la gestión de empresas, se abordan por la mayoría como de fútbol se tratara y los entrenadores frustrados campan a sus anchas.
    Cuando asistimos a jornadas relacionadas con la gestión de las personas dentro de la empresa, y oímos a los responsables de estos departamentos hablar de «mano de obra», «del brillo en los ojos de los candidatos», «de sus brillantes CV y de como han progresado», etc. Ya sabemos perfectamente donde no hay que ir a trabajar. Los que quieran Smithers en sus empresas allá ellos, el mundo no va por ese camino.

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    • jessica
      jessica Dice:

      No sabes cuánto me alegra y enorgullece tenerte por aquí! Saber que me lees cada lunes y que además lo valoras de esta forma, refuerza mis teorías y mis ideales. Conozco, como tú, esas jornadas y charlas magistrales donde a los ponentes se les llena al boca de agua, a sabiendas de que el público sabe cuál es la realidad de sus organizaciones. Cierto que también hay profesionales que lo intentan, que generan cambios poco a poco y saben de las dificultades de las que hablo en el post. Pero, sospechosamente, son los que menos «chachaletas» dan… Un abrazo enorme, y muchísimas gracias por comentar. Espero que sea la primera de muchas!

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  2. Ernesto
    Ernesto Dice:

    Te escribía por tw y es que por aquí es un tanto más espacioso…..Creo vivimos tiempos de contrastes y paradojas enormes. En el tratamiento de la temática referida a la gestión de personas, hay muchas brecha entre tanto discurso en tantos ámbitos, respecto al modo de hacer, al modo concreto de gestionar…..en tal sentido, muchos gestores están y siguen confortablemente adaptados a un mundo que fué, sin advertir la magnitud y profundidad de los cambios ya lanzados en tantos aspectos del diario devenir empresario…. Y se nos requiere una enorme capacidad de plasticidad que, a cambio de la flexibilidad, nos permite cambiar y permanecer en el cambio, mientras que lo flexible se adapta, pero inercialmente tiende a volver a posturas anteriores, tus «dinosaurios cognitivos» son campeones en flexibilidad…parecen adaptarse…pero en verdad infieren desde su retórica mental que las circunstancias se adaptan a ellos….
    Muchas gracias Jessica por tu aporte.
    Abrazo y feliz semana!!

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    • jessica
      jessica Dice:

      Muchísimas gracias por comentar en mi blog, Ernesto, y sobre todo, por este intercambio tan interesante de experiencias y opiniones. Mi visión va en la línea que comentas: pretendemos mantener una gestión de personas en la organizaciones basadas en criterios y paradigmas extintos. No sólo son antiguos, sino que además son anticuados e inútiles en la actualidad. Habría que pararse a pensar quiénes siguen cómodos en la situación actual, o lo que es peor, quiénes están ciegos ante el inmenso cambio que acontece ante nosotros. Y sí, también opino que los «dinosaurios cognitivos» de los que hablo, venden una flexibilidad que se queda en el aire, presa de esa retórica tan cansina y que se desvanece en cuanto intentamos pasar a la acción. Un abrazo enorme, seguiremos intercambiando y compartiendo.

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  3. Luis Paredes Pérez
    Luis Paredes Pérez Dice:

    Buenas tardes, quizás debería haber un manual de dos volúmenes, RRHH buenos y RRHH malos, y en el momento que tropieces con cualquiera de ellos, saber como actuar, como «El arte de la guerra». Pero por encima de todas las acciones que este departamento pueda desempeñar o todo el talento que allí resida, siempre estará doblegado a la mágica palabra: Presupuesto.
    Los ingredientes básicos para que un equipo de recursos humanos funcione son el presupuesto, la oportunidad y la gestión.
    A partir de aquí quién le pone el cascabel al gato, quién valora al equipo de RRHH?
    Sin dinero para acciones formativas podrías cerrar el departamento, sin la oportunidad no habría objetivos. Un inciso, le ponemos objetivos a los chicos de RRHH, les damos » antioxidantes»?. Y la gestión, de veinte, doscientas o dos mil almas, ese gestor que debe ser la cera que une las celdas de ese panal que es la empresa.
    A partir de aquí, podemos comentar todo lo se nos pase por la cabeza sin olvidar creo, que las empresas que no destinan recursos a RRHH, no son humanas.

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    • jessica
      jessica Dice:

      Hola Luis, muchísimas gracias por comentar en mi blog y además, hacerlo de manera tan elaborada. Tienes toda la razón, y en la organizaciones los presupuestos se destinan a los departamentos «productivos», es decir, aquellos que generan beneficios para la empresa. Cuando comprendamos que la correcta gestión de las personas dentro de las organizaciones, que la alineación entre ésta y la estrategia de la empresa son claves en el desarrollo y éxito de las empresas, estaremos ante el cambio de paradigma que busco (casi imploro). Mientras, nos quedaremos con las migajas de los presupuestos y tendremos los resultados que tenemos en la actualidad: pocos y malos. Un abrazo enorme!

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