Se nos ha ido la pinza con el desarrollo profesional..y mucho.

 

 

El trabajo dignifica

Si no eres productivo, aparta (versión capitalista del “Aporta o aparta”)

No hay mejor herencia que trabajo y diligencia

A quien trabaja, el día nunca le parece largo

 

 

Y así, un sin fin de refranes que nos hablan de las bondades de trabajar, producir, aportar a la sociedad. Hasta ahí, bien.

 

La ida de pinza llega con las aspiraciones, el éxito, el querer/necesitar siempre más. Los ascensos, las responsabilidades, las asunciones… Eso ya no dignifica tanto, al menos según mi opinión. O no lo hace siempre, para todos y con igual intensidad.

 

Con esta reflexión no pretendo hacerte llegar una visión simplista de se trabaja / no se trabaja. Es algo mucho más simple y complejo a la vez.

 

Mi experiencia todos estos años en empresas tan variadas y dispares me ha hecho ver que se repite un patrón que no me gusta nada. Parece ser que si no eres un empleado que se queda horas y horas, que permanece conectado al móvil y al ordenador, no eres buen empleado. Porque parece ser que no das todo lo que puedes dar de ti…

 

Y digo yo ¿te han explicado y sabes hasta dónde tienes que llegar cómo mínimo, en tu equipo para ser rentable? 

¿Y cuándo empiezas a ser no ser productivo? Porque a partir de ahí, con esas bases, tanto la empresa como tú podréis decidir si continuáis con la relación y si quieres dar todo de ti…o más.

 

Pero ¿qué ocurre cuando somos productivos a un nivel adecuado, incluso óptimo, pero no excelente?

¿Por qué esa necesidad de llevar siempre al extremo a las personas?.

Si la vida profesional fuese un sprint, esta postura sería ideal. De hecho, todos hemos puesto el turbo e ido al máximo de nuestras capacidades porque la circunstancia lo requería. Pero si quieres una maratón en tu organización o en tu vida profesional, una relación a largo plazo, dosifica.

 

No imaginas cuanto casos de empleados “rentables” veo en cada empresa, donde parte de su equipo piensa que no da de sí todo lo que podría.

Aún siendo rentables.

Pero no dan más de si por lo tanto, no son todo lo rentables que podrían. Y esta ecuación, sostenida todo el tiempo, da ERROR.

 

Y ahí donde me pierdo.

 

Un empleado que cumple con sus funciones, con sus tareas, con sus tiempos (por normal general)….sencillamente no tiene porqué dar más de sí, ni mucho menos interpretarse como algo peyorativo. Porque cuando sea el momento de “darlo todo”, estará en condiciones óptimas para hacerlo y lo hará porque sabe que es algo puntual y tiene capacidad para ello. Pero generar esa tensión de manera continua, no es sano.

 

Para ninguna de las partes.

Te lo digo yo.

 

Todos tenemos la capacidad de huir de un león que nos ataque, corremos lo que no está escrito. Pero estar corriendo cada día entre 8 y 10 horas porque el león te pisa los talones y saber cada día que ir a trabajar es ir a la selva (por cierto, expresión muy instaurada) con un león esperando para perseguirte todo el día,  es una situación insostenible a largo plazo.

 

Y en cuanto a ti, profesional independiente, que todo te sabe a poco, que estás en beta permanente. Que si no lo haces con pasión, mejor no lo hagas. Que si te encanta crecer y crecer y aportar y compartir y sumar, crear… Que si todo aprendizaje es necesario, que si piensa en grande, que si sueña y vuela alto.

No sé tú, pero yo me agoto con leerme.

Te digo lo mismo que si trabajas para otros: puedes darlo todo de ti, pero como lo hagas todo el tiempo, te vas a quemar pronto, muy pronto. Y también puedes hacer las cosas, al menos algunas, sin tanta pasión como le pones al fútbol, a la montaña o los óleos que pintas. Porque de tiempo libre, ocio y descanso, también se vive.

 

Tu trabajo no debería ser una excusa para ahogar tus penas y frustraciones, una forma de focalizar tus esfuerzos para no centrarte en otras áreas de tu vida que no consigues llenar de manera satisfactoria. No debería reforzarse el ser un “workaholic”, el ir siempre a mil y oye, encantados de la vida. A pesar de que tu trabajo te haya salvado de ser consciente de tu lado oscuro, a pesar de que estar ocupado en algo que te hace sentir útil, valorado, respetado, no olvides que eres mucho más que una silla en un despacho y un nombre en una placa.

 

Por eso, te comparto una serie de derechos asertivos que me he inventado y que todo profesional, debería tener muy presente y ejercer de manera puntual para tener una vida profesional sana:

 

  • Puedes hacer cosas que no te gusten
  • Puedes hacer cosas sin pasión
  • Puedes tener un trabajo que no te llene
  • Puedes parar
  • Puedes no ser productivo todo el tiempo
  • Puedes sentirte cansado de tu trabajo
  • Puedes sentirte agobiado

 

Y un sin fin, al igual que los refranes, de derechos que puedes ejercer de manera ocasional y que no deberían hacerte sentir mal.

 

Porque la vida profesional, es un área más de tu vida, de lo que eres, y no tienes porque subirte a la moda de la pasión en el trabajo si no te apetece.

 

Trabajar, sí.

Morir por trabajar, definitivamente, no.

 

Imagen: google.com

 

He tardado mucho en dejarme llevar por las “masas” para disfrutar de esta serie, más por falta de tiempo que de ganas. Más por falta de organización que de ego y no ser pasto de la inercia de la sociedad.

Y 8 años después, lo admito: mi rindo a sus intrigas, juegos, batallas y sobre todo a sus aprendizajes vitales.

Ahora tengo pendiente leerme los libros en los que se basa. Todo a su tiempo.

Pero mientras, disfruto del desarrollo de personajes como mi favorita (sin lugar a dudas) Arya Stark o la evolución de su hermana Sansa. Del liderazgo latente de un personaje que desaparece en la primera temporada e inunda toda la trama. Del lado humano de Cersei Lannister y del pequeño gran estratega Tyrion.  De una época tan oscura y llena de sangre como actual, aunque parezca remota e imaginaria.

Y sobre todo, aprendo de ella, por lo que quiero compartir contigo mis 10 aprendizajes vitales.

 

Valar morghulis…

 

 

APRENDIZAJE 1: Estar del lado del poder, tan sólo significa eso: estar de su lado. Ni lo tienes ni lo eres, sólo estás de su lado.

Pensar que acercarte a quien ostenta el poder que anhelas o crees merecer, te hace ser poseedor del mismo… supone un gran error. Genera un efecto halo al creer que ese poder se extiende hasta ti, te toca e impregna. Pero el poder no es más que un efecto colateral de la autoridad y si me apuras del liderazgo, algo que uno se gana y le es otorgado, no impuesto ni regalado. Por lo que para tener poder, hay que construirlo y luego gestionarlo.

El poder bajo cuya sombra te quieres proteger, nunca será tuyo en origen y por lo tanto no te servirá para los fines que buscas… A veces limpios y otras, no tanto.

Lo de rodearse de personas importantes, interesantes, influyentes no siempre tiene el efecto que uno desea ;).

 

APRENDIZAJE 2: en la vida, no siempre es el protagonista quien conquista todos los corazones. Hay personajes secundarios que atrapan tu atención y destacan sobre el resto, aún estando en un segundo plano.

Sin alardes

Sin poses

Sin pedestales

Hay personas que son protagonistas sin pretenderlo, por su carisma, su poder de atracción, por elementos de los que nos son conscientes. Y eso, los hace tremendamente irresistibles y con un alcance mucho mayor y más perdurable que quienes se empeñan en destacar a cualquier precio o por el simple hecho de que su nombre tiene mayor tamaño o aparece en primer lugar en los créditos.

 

APRENDIZAJE 3: Si observas más allá del persona(je), siempre consigues ver su lado humano…

A pesar de que el fin no siempre justifica los medios, si consigues ver más allá del papel, del rol que asumen las persona(jes), comprendes sus motivos aunque no los compartas.

Los hechos aislados, sin comprender el contexto en el que han ocurrido, siempre inducen a error. Al interpretar el comportamiento de una persona de forma independiente a lo que la rodea y basándote solamente en aquellos elementos que confirmen tus hipótesis, sólo hará que tengas una visión sesgada de ello. De ahí que en tus historias siempre haya malvados o bondadosos, hagan lo que hagan. Lo extraño es que en tu historia, tú eres el bueno (y yo en la mía, obviamente…)

Las personas nos vemos obligadas muchas veces (o eso creemos) a actuar de una forma que en otra circunstancia, jamás hubiéramos hecho.

El mundo, tú, yo, necesitamos de más empatía para comprender aquello que subyace al comportamiento del otro, pero no cómo excusa o disculpa de ello, sino para una interpretación más ajustada de los hechos a una realidad que no sólo es la mía.

 

APRENDIZAJE 4: Si observas más allá del persona(je), siempre consigues ver su lado humano… o no.

Aunque intentes ver más allá del papel, del rol que asumen los persona(jes), a veces no consigues comprender los motivos de sus actos.

Existen persona(jes) que los mires por donde los mires, no hay atisbo de bondad. Te encuentras con persona(jes), donde abunda la tiranía, que disfrutan con la tortura y el daño ajeno, por el simple hecho de herir, vulnerar…

Hay persona(jes) donde el único consuelo o explicación posible a su comportamiento… es la existencia de un trastorno mental.

Pero a veces, sencillamente, prevalece la maldad.

Sin mayor explicación.

El comportamiento humano sigue siendo un enigma en muchas ocasiones: un desequilibrio mental, transitorio o permanente, no siempre sirve de excusa.

 

APRENDIZAJE 5: Nunca subestimes al enemigo.

Eso te hace bajar la guardia, creerte mejor, pensarte invencible. Y ni lo uno ni lo otro.

Tener adversarios es algo natural, necesario incluso para estar alerta y mantenerse vivo a muchos niveles. Si lo sabes aprovechar, te estimula para que sigas en constante aprendizaje, evoluciones y admitas que no eres infalible. Te hace humano y fortalece al mismo tiempo…

No te mofes de la competencia.

No banalices a tus adversarios.

No trivialices a tus contrincantes.

No restes a valor a quien no es como tú. A veces, es un rival, y otras, simplemente es…diferente a ti.

 

APRENDIZAJE 6: La supervivencia basada en el sentido que le demos a la vida: venganza, poder, ira, miedo….

Aquí es donde entra en juego de las valor de las emociones “supuestamente” negativas que nos sirven para superar obstáculos y sobreponernos a situaciones de un sufrimiento impensable hasta que nos ocurre.

Ni la ira es siempre mala compañera ni la alegría constante es real o lleva a buen puerto.

A veces, una emoción de base o carga negativa (desagradable), puede ser la llave que te ayude a salir del bache en el que te encuentras. Y otra que inicialmente es positiva o agradable puede ser la causante de una pérdida de perspectiva del objetivo.

Como en la vida, lo ideal es conseguir el equilibrio y gestionar las emociones en el momento en el que no sean más beneficiosas. Y la ira, el enfado o el miedo también tienen un valor vital que no debes olvidar.

 

APRENDIZAJE 7: El valor de lo humano, las personas como moneda de cambio.

Pudiera parecer algo habitual de épocas lejanas incluso de mundos imaginarios con dragones en el cielo. Pero no, es tan real y actual como la vida misma.

Las personas seguimos siendo en muchas ocasiones, moneda de cambio, valores al alza o a la baja según ganancia, objeto de deseo o mera propiedad.

Parece que la época de las hogueras donde quemaban a los herejes, cortaban cabezas en la plaza de pueblo de manera ejemplar o expulsaban del poblado a quienes traicionaban las normas impuestas es algo anticuado. Sin embargo, a día de hoy, todo esto está más de actualidad que nunca…

Pero las personas seguimos siendo meros objetos en manos de las estrategias de otros, las vidas ajenas pierden el valor cuando no son las nuestras, más aún cuando son un estorbo a la hora de conseguir un objetivo en concreto.

Ya sabes: «Si no aportas, aparta» . Y así, con todo…

 

APRENDIZAJE 8: Esos líderes que están sin estar.

 

Ser líder es algo que no conseguirás leyendo un libro ni acudiendo a un fin de semana de formación transformadora.

 

Hay personas que aparecen y sin embargo es como siempre hubiesen estado ahí. Las mismas que desaparecen pero su esencia se sigue respirando en el ambiente o continúan siendo el pilar central de historias, a pesar de no estar presentes.

Eso es un buen liderazgo, donde no necesitas permanecer vigilando si las personas te respetan, admiran o tienes autoridad. Donde tus valores han calado tan hondo que aún sin estar, sigues formando parte de la historia porque te has convertido en parte del motivo vital de otros (no entro en detalles del tipo de motivos y la forma de los mismos, eso es algo totalmente personal e intransferible).

El liderazgo como el poder, es algo que se construye y se gana, no que se impone ni se compra.

 

 

APRENDIZAJE 9: Feminismo en época de dragones.

 

La mujer como moneda de cambio.

 

La mujer como estandarte de objeto.

 

La mujer como papel activo de la historia, de cada historia , de su historia.

 

A veces tomando decisiones arriesgadas y otras dirigiendo vidas propias y ajenas, Por qué no?

 

Da igual vestir abrigos de pieles (sintéticas, espero…) con broches de dragones o agujas en la cintura que sirven como argumento base de una venganza. Lo importante es tener la posibilidad de elegir y decidir qué vida tener, siendo consciente de las limitaciones y dificultades implícitas en llevar la doble X en el genoma sexual.

 

 

APRENDIZAJE 10:  La realidad siempre supera la ficción

 

Dime si no te has visto reflejado en alguno de los personajes a lo largo de toda la saga.

Dime si no has identificado a cualquiera de tus enemigos en los papeles más siniestros de cualquiera de los 7 reinos.

Dime si no te has sentido parte de cruentas batallas donde perecían inocentes por el poder de otros, quizás el tuyo propio. Campos llenos de sangre por absurdas luchas entre valientes soldados mientras los intocables agitan y disfrutan de sus copas de vino desde los seguros balcones.

Dime si no has presenciado traiciones, sucias estrategias o has sobrevivido a enfrentamientos inesperados.

Y dime también si no has compartido una defensa de valores que va más allá de uno mismo, la unión entre personas más allá de reinos y kilómetros de distancia o la sensación de aprender y salir fortalecido de los errores.

 

Dime, si no es bonito aprender de cualquier acontecimiento vital, Juego de Tronos incluido.

 

Imagen: google.com

Tengo por costumbre intercambiar opiniones e impresiones tras finalizar las sesiones de formación en empresa con parte del equipo, de una manera más distendida, frente a un café o simplemente, fuera del rol docente.

 

Siempre te llevas mucho más que la información oficial de las encuestas o la petición expresa de feedback final.

 

Mucho más.

 

Y en esta ocasión, tras compartir con un equipo de responsables de una empresa tecnológica una mañana sobre delegación y comunicación efectiva, surgió un tema muy frecuente en este entorno: la gestión del talento en entornos VUCA, muy VUCA, extremadamente VUCA.

 

Incluso podría decirse que son el caldo de cultivo de este cambio de paradigma.

 

Al grano…

 

– Identificación de talento actual y potencial (alineado con estrategia empresarial)

Si quieres gestionar el talento de organización, de tus equipos, antes tendrás que tener claro qué es lo que quieres conseguir con tu empresa y saber con qué elementos cuentas ya y cuáles vas a necesitar.

Por lo tanto, es imprescindible trazar de manera clara una estrategia empresarial (los plazos, te los marcas tú y tu mercado) alineada con la misión, visión y valores de la organización. Esto, que es tan sencillo y que es la base de cualquier estructura organizacional, suele fijarse 3 o 4 años (con suerte) después de que la empresa esté en funcionamiento. Lo cual genera muchísimos incovenientes, algunos de ellos de difícil o imposible solución.

En lo que a mi papel se refiere en todo esto, que son las personas y el talento en las organizaciones, es requisito imprescindible saber qué aptitudes y actidudes en formato de competencias, tienes a tu disposición en los equipos y con cuáles vas a tener que contar en breve o medio plazo para conseguir esos objetivos propuestos de manera formal.

Para ello, también tendrás que tener identificado el potencial de cada uno de los componentes del equipo de manera individual, en relación con otras personas y la clave: por proyectos.

 

– Catálogo de competencias claves y roles.

Cuando tengas todo esto “bien” definido y comunicado de manera interna en la organización, sería más que interesante crear un documento que recogiese todo esto que estamos hablando que representase la espina dorsal del talento en tu organización.

En época de transformación digital y cambio constante, tú eliges el formato del soporte en el que quede constancia, pero es imprescindible que sea un documento vivo y en permanente adaptación a las necesidades de la empresa.

Te estoy hablando de un catálogo de competencias claves y roles a definir una vez tengas clara esa estrategia que se articula en base a la misión, visión y valores. Esto es, un listado de “habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz” (definición según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) y que al mismo tiempo debe ir de la mano de los roles en los cuales encajará con mayor éxito dentro de un equipo, proyecto o circunstancia.

 

– Definición de puestos de trabajo

Todo esto se nos hace demasiado etéreo, lo sé. Tanto la organización como las personas, necesitamos una pautas más claras de actuación para conocer las reglas del juego y del entorno en el que nos movemos. Aquí es dónde entran en juego la definición de los puestos de trabajo (ADPT).

No quiero que pienses en un listado rígido y encorsetado (basado en el catálogo de competencias y roles anterior) donde una persona se meta cual pesada escafandra. Piensa en una especie de guía puntual de tareas, acciones concretas, funciones y responsabilidades que una persona pueda desarrollar durante un tiempo o proyecto concreto.

La clave de todo esto, es diseñar estos puestos de trabajo de manera conjunta: tú tienes el conocimiento de la metodología y del talento como visión global. Tus colaboradores, tienen la llave del trabajo y desempeño diario y puede abrirte puertas que ni siquiera sabías que existían. Escúchales y házles partícipes de estas definiciones y diseño. No imaginas los beneficios…

 

– Diseño de puestos a medida, mano a mano con los colaboradores.

¿Te imaginas reunirte de manera periódica (y funcional, no cada día, obviamente) con personas de tu equipo) para diseñar a medida su puesto de trabajo en cada proyecto en el que participen? Parece poco operativo, pero es sólo al principio y hasta que nuestros hábitos de gestión de personas sufran la misma transformación que se está dando en el entorno laboral.

Esta técnica es el Job Crafting colaborativo (Amy Wrzesniewski y Jane E. Dutton, 2001) y consiste en diseñar junto con el empleado puestos de trabajo a medida para cada contexto en el que se participe. Esto implica muchísima flexibilidad y claridad de conceptos por ambas partes, lo cual de lugar a una relación madura y más comprometida también de ambos.

También supone una inversión y ruptura de esquemas tradicionales. Esquemas cognitivos y empresariales… lo cual no siempre ocurre. Pero si algo tengo claro, es que aquello que había funcionado siempre y ya no funciona, debe cambiar o incluso desaparecer. Adaptación constante, ya lo decía Darwin, no lo digo yo.

Por hacerte un resumen del Job Crafting, el diseño a medida de los puestos de trabajo se articula en base a 3 aspectos:

– Task Crafting: según las aptitudes personales de cada colaborador, se adaptan las funciones y responsabilidades actuales a sus capacidades y objetivos del proyecto. Se optimiza así la productividad y reduce esfuerzo y tiempo en cada tarea.

– Relational Crafting: se centra en la forma en la que los colaboradores se relacionan e interactúan dentro del contexto laboral. Con ello, se gestionan o anticipan conflictos, malentendidos, problemas de comunicación y con ello, se mejora el ambiente laboral, el rendimiento y la satisfacción laboral.

– Cognitive Crafting: profundiza en la percepción las tareas y relaciones derivadas del trabajo. Intenta eliminar la visión rutinaria, aburrida y limitada potenciando el cambio y la flexibilidad hacia la satisfacción global en el trabajo.

Obviamente, te habrás dado cuenta de que estas condiciones requieren de un profundo autoconomiento por parte del colaborador, pero también de la claridad de todos los términos anteriores por parte de la empresa. Parte de tu trabajo, consistirá en dar luz a ese autoconocimiento en cada uno de ellos ¿te lo habías planteado?

Mucho por barrer en cada casa antes de empezar con técnicas “punteras” que no tendrán sentido si antes, no dejamos bien allanado el terreno.

Si quieres saber más sobre el Job Crafting, te recomiendo el último libro de Belén Valera que presentará su libro «Jobcrafting» en el Colegio de Economistas de Asturias de la mano de Aedipe Asturias el próximo 24 de abril a las 19,00 horas en Oviedo.

 

– Subasta de talento

No puedes hacer todo esto tú solo, desde tu despacho o tu puesto directivo. Necesitas del grueso de la organización, con lo que ya sabes, mano a la obra. Te comparto una idea que podría serte de ayuda: una subasta de talentos.

En formato de actividad lúdica, pero en un contexto profesional y con objetivos claramente definidos, te animo a que hagas una subasta pública de los talentos bien definidos que vas a necesitar en tu próximo proyecto. Bien definidos implica todo lo que hablamos antes, así que no te lances a la piscina a lo loco.

Y anima a tu equipo, departamento y organización completa a ser el mejor postor para desempeñar esas funciones durante un tiempo determinado. Lejos de ser una competición, salvo que tú la fomentes por otras vías, ayuda muchísimo a hacer partícipe a los equipos en la construcción de sus propios puestos y a tener claras cuáles son sus fortalezas o potencialidades.

 

– Branding y talento: embajadores de marca y marca empleadora.

Este tema, requiere post propio, con lo que no voy a extenderme.

Pero para que todo esto se dé en las mejores condiciones posibles, deberías ir pensando en cómo detectar a tus potenciales embajadores de marca y dotarle de las herramientas necesarias llevar puesta la camiseta de la organización dentro y fuera de ella, además de generar una sólida y fiable marca empleadora con el fin de mover el mejor talento dentro y fuera de tu empresa.

 

Conclusión: gestión global y transformadora del talento en tiempos volátiles.

 

No hay más.

 

Imagen: google.com

 

 

Se nos ha ido la pinza con el desarrollo personal, y mucho.

 

Que si zona de confort, que si tu mejor versión, que si beta permanente, que si desapego

 

Ya, ya, ya lo sé que las reglas del juego han cambiado y que todo es volátil, incierto, ambiguo y … nunca me acuerdo de la otra sigla. En fin. Que todo esto es muy complicado, pero también se me hace cansado estar todo el día en constante crecimiento.

 

No sé tú, pero yo, necesito elementos estables en mi vida. Pocos, pequeños, materiales y personales, pero los necesito. Y vale que me adapto a este ritmo infernal de transformación constante, incluso, hasta me gusta, pero también necesito un respiro.

 

Necesito no ser productiva todo el tiempo, al menos a ojos de los demás.

Necesito vaguear, fluir como me apetezca, no como me digan otros.

Necesito cambiar a ratos y a otras estar inmóvil, acomodarme y disfrutar de la sensación de que todo está bajo control.

Aunque sea momentánea, aunque sea un susprio. Déjame que es mi momento, es mi suspiro.

 

Y por si fuera poco, me invaden los consejos por todos lados sobre cómo hacerlo, de profesionales, no profesionales, advenedizos, charlatanes y buenos oradores, que todo hay en la viña de Zuckerberg.

 

Me lanzan mensajes de “haz” , “sé”, “quítate”, “ponte”… Hasta yo misma los he usado y sigo usando en mis publicaciones, en mis conversaciones, fíjate si han calado hondo en mí. Estos mensajes, que no son más consejos y recomendaciones hechos desde el corazón y con la mejor de las intenciones, luego se transforman en otra cosa en conversaciones de cafetería, donde abundan las risas, las ironías y las bromas.

 

Con lo que, inspirada en una auténtica #influencer para mí como es Celeste Barber o el post de Joan Vergara en mi blog, te comparto mi primera infografía sobre las expectativas vs realidad respecto a lo que nos dicen (yo incluida alguna vez, lo siento!!) que tenemos que hacer para estar en el top ten del desarrollo personal y luego…la imagen que puedes llegar a generar en realidad cuando lo haces.

 

Con tanto lío, entre lo que debes hacer, lo que quieres ser, lo que te apetece de verdad y el impacto que vas a tener en los demás, me reitero en mi postura habitual: haz lo que te parezca oportuno en cada momento y sé consciente de las consecuencias de ello.

 

Nunca llueve a gusto de todos, y en esto del desarrollo personal, no iba a ser menos.

 

Oscar Martínez, tiene la capacidad de hacer fácil lo difícil a la hora expresarse. Y además no es consciente de ello, incluso le sorprende que alguien lo vea así. Te aseguro que no es falsa humildad, esa…se nota.

Lo que comenzó con un intercambio de inteligentes y acertados comentarios en mis posts en LinkedIn, acabó con una invitación a participar en la sección de invitados de mi blog. No puedo (ni quiero) resistirme a rodearme de personas ágiles en el discurso, con elaboradas reflexiones y con diálogos más que interesantes en público y en privado.

Lo de los requisitos de Ks y SEO para formar parte de mi vida, ya si eso para otro momento, para otra vida…

 


 

Cuando Jéssica me propuso participar en su sección #PersonasConAlma creo que ambos éramos conscientes del predecible final de la película que acabábamos de sintonizar. Abrumado y halagado a partes iguales, tenía la ligera sospecha de que me había lanzado el anzuelo con una escalera de color en su haber. Y yo, que soy de no amilanarme, un tipo de sobrealimentada curiosidad, rubriqué con un “Sí, claro”.

Y aquí estoy… Frente a la pantalla de mi ordenador, editor de texto en ristre. Una hoja blanca de papel virtual arrojando tanta luz a mi cuarto que pienso va a borrar mi silueta de la pared a mi espalda. Calcularía que estoy ahora mismo a 179.4 km de distancia del borde exterior de mi zona de confort. Aún con la inquietud de explorar terreno desconocido, la sensación de familiaridad parecía materializar un déjà vu en mi cabeza. Ya había comenzado a escribir…

Hay casos en que las revelaciones o momentos de reflexión más singulares germinan, al menos en mi caso, a partir de un hecho o comentario controvertido. Un clickbait que me deja un picor molesto en el coco que solo me consigo rascar discutiendo con mi almohada.

Uno de esos momentos (vete a saber por qué me acuerdo) tuvo como protagonista a mi profesor de estructuras de la universidad, que cierto día al inicio de su clase nos espetó: “La naturaleza no es sabia, es una mierda”.

Sorprendido y curioso por indagar en el desarrollo de aquel polémico titular, no reparé en las evidentes señales y pistas. Caían chuzos de punta en el exterior, y una conjunción perfecta de astros había dejado el único hueco libre del aparcamiento lo suficientemente lejos para poner a prueba la inoportunamente elegida indumentaria de aquel hombre.

“La naturaleza no es sabia, es una mierda… Si tuviera un ápice de inteligencia, llovería cuando y donde debe. Y ese es precisamente nuestro trabajo como ingenieros: cambiar y retorcer la naturaleza para solucionar esa falta de eficacia y eficiencia”.

No discutí la sentencia entonces y no la voy a cuestionar hoy. Si bien el mensaje era fruto del cabreo por una ineficaz planificación mañanera, me reté a buscarle cierto sentido. Obviando el ungimiento de los ingenieros como Guardianes de la Galaxia.

El universo lleva toda su existencia conspirando en nuestra contra, aumentando a cada transformación su entropía de forma inexorable. Teniendo tan claro que su destino final es su propio agotamiento tras haber alcanzado el caos extremo, parece una broma de mal gusto aupar al ser humano al otro lado de la balanza para equilibrar, con esfuerzo y trabajo, la fórmula matemática más despiadada conocida.

La adaptación al medio parece así más una cuestión de supervivencia evolutiva que de crecimiento personal y profesional. Elegir la sumisión al Status Quo establecido ofrece, hoy más que nunca, una esperanza de vida más corta que una boda en Juego de Tronos. La sociedad, el mundo, el universo cambia y avanza de forma inexorable. Entre tanto ¿tú qué decides hacer con tu libre albedrío?

La búsqueda de paz interior, la felicidad o el éxito, son para mí eufemismos a la eterna batalla por mantener un equilibrio que el universo se empeña en descomponer. No me vestiré hoy con chistera a lo Mr. Wonderful para hacer apología de lo maravilloso que es trabajar por la felicidad, el éxito o los beneficios de la emancipación esporádica de la zona de confort. Porque una vez alcanzados, se producirán nuevos y diferentes desequilibrios que nos arrastren de nuevo al trabajo y la búsqueda de satisfacción personal. Tomo conciencia del porqué muchas veces vivimos más en el futuro que en el presente. En soñar con ese esquivo y fugaz instante de equilibrio que parece ir siempre un paso por delante.

Aprende, asimila y racionaliza la frustración cuando parece que esa felicidad o éxito nunca llega. No hay atajos a cualquier lugar al que merezca la pena llegar. Porque cuando el universo te gana la partida y necesitas aportar el doble de trabajo para equilibrar la balanza, la vida se empina más que el Tourmalet con una pájara. Porque es fácil venderte la fórmula de la felicidad pero nadie te explica que la constante de trabajo eres tú.

Salir de nuestra zona de confort, como hago yo hoy en mi primera publicación, es solo una forma más de aportar energía y trabajo a mi entorno. Ni la mejor ni la peor, pero en mi caso una de las más gratificantes. Cada cual viaja a su estilo. Independientemente de si pasas tus vacaciones en tu habitual residencia de verano o eres de los que elige destino por las calvas de su mapamundi sin un alfiler… Tu maleta siempre regresa con más peso. Por eso, conviene ir ligero de equipaje, con la mente abierta y así dejar sitio a todo lo que puedas traerte del viaje.

Gracias Jéssica por haberme brindado la oportunidad de saquear esta experiencia. De haberme dado la oportunidad de transformar la energía que irradias en este trabajo de reflexión contra la desidia. Que no resulte vacío a tus lectores. Hoy mi mundo se acerca algo más al equilibrio buscado.

A estas alturas me imagino que conoces el programa “First Dates”.

 

Parece ser que nadie lo ve, pero tiene una tasa de audiencia de las más fieles de la cadena en la que se emite y ya lleva unas cuantas temporadas. He de decir que yo no la veo, pero sí he visto fragmentos en algún programa que me han hecho reir, sorprenderme y reflexionar a partes iguales.

 

De ahí, este post…

 

Varias personas a las que considero muy interesantes y a las que quiero muchísimo, siguen este programa e insistieron durante meses en lo que se aprende de relaciones al verlo. Y tanta insistencia me hizo ver un programa entero (o casi).

 

Y más allá de la vergüenza ajena que he sentido siempre de tener que buscar al “amor” en la televisión también llegué a la conclusión de que puedes aprender mucho de las relaciones. De un tipo determinado de relaciones.

 

Y de repente lo ví claro: más first date y menos caretas.

 

Y con esto me refiero a algo que me gustó especialmente: la claridad con la que las partes exponen sus intereses y ofrecimientos para llegar a establecer una relación a futuro. Me encanta desmenuzar el comportamiento humano y extraer pautas que se repiten en ellas. Y aquí lo vi claramente.

 

En una primera cita (con o sin tv de por medio), deberíamos explorar los intereses de la otra parte y comprobar lo alineados que están con los nuestros, qué grado de discrepancia existe entre ambos y las expectativas de la duración de la relación. Al igual que un proceso de selección…

 

¿Sueles hacerlo?

¿Has vivido alguna entrevista de esta forma?

Pues ya empezamos mal si no es así, estés en la parte en la que estés.

 

El ver como dos personas que no se conocen de nada se preguntan a saco qué esperan de ellos, de la vida, de la conexión que van a establecer y exponen lo que están dispuestos a ofrecer, me hizo pensar que ojalá tuviésemos más first dates sinceros y menos opacidad a la hora de iniciar una relación con otra parte.

 

Cierto que es un programa y tendrá un guión, que no sea más que un puñado de personas corrientes cumpliendo un papel, pero la idea de base para empezar una relación…Me encanta! La admiro, en el fondo, es envidiable.

 

Y si me lo llevo al campo de la selección, me recuerda al motivo de que la selección por valores, sea tan complicada de implementar pero sea de las más interesantes y efectivas.

 

¿Cuál es el vínculo por el que nuestras relaciones y la selección por valores se encuentran con tanto impedimentos?

 

– Valores alineados: ambas situaciones requieren de confluir en una serie de valores vitales básicos, deben estar alineados para que la existencia de su unión tenga sentido. Esta es la parte más sencilla de identificar en este vínculo: te relacionas y encuentras cómodo con quienes sienten la vida como tú o tú como ellos. Punto.

La dificultad está en identificar estos valores en cada uno de estas partes, pues los valores son los principios que rigen tu vida, que dan sentido a tus actos. Pero su construcción y existencia no ha dependido solamente de ti, sino de tu educación, cultura, entorno y el cómo has ido integrando todo eso en tu existencia.

Qué complicado ¿verdad?

Ahora llévate eso a una organización compuesta por personas que aportan cada uno de sus valores con el crisol de matices que ello implica…

Sudores en frío me entran a mí.

 

– Autoconocimiento: falta de claridad propia. Cómo vamos a intentar conocer los valores del otro y ver si están alineados con los nuestros…si desconocemos los nuestros! Tanto a nivel personal como organizacional, el identificar los valores en los que se sustentan nuestras acciones y articulan nuestra misión, es sumamente complicado, laborioso y doloroso. Mi experiencia con personas y organizaciones en proceso de cambio profundo, me dice que la ruptura con la situación actual se produce por variaciones internas de esos valores respecto al entorno/relación en la que se encuentra. Y ocurre aún sin identificar, simplemente “la cosa deja de funcionar”.

Para que todo se desarrolle de la mejor forma posible, es necesario un proceso y trabajo de autoconocimiento profundo y continuo. Y para eso, no siempre estamos preparados.

 

Te hablo de personas.

Te hablo de organizaciones.

Te hablo de valores.

 

– Miedo al rechazo, postureo, mejor versión, falta de sinceridad. Poniéndote en el mejor de los casos, de tener claramente definidos tus valores, cuando empiezas una relación personal o profesional ¿tienes la capacidad suficiente para exponerlos con sinceridad, transparencia y asertividad? Pues la verdad es que no…

Empezar algo nuevo siempre implica miedos, inseguridades, dudas que son parcheados con medias verdades, complacencias o rigideces al darnos de bruces con los valores de la otra parte.

Querer gustar y encajar a toda costa, supone falsear, mentir, maquillar ¿estás dispuesto a ello? No pasa nada si eres consciente de que ello va a implicar una serie de consecuencias como ser coherente a futuro con lo que has expuesto o de que la otra parte se pueda sentir engañada al descubrir que no es tal y como lo contaste en esa primera cita.

No olvides las efectos de mentirte a ti mismo, aunque eso me da para otro post completo…

 

– Dificultades de comunicación y transmisión de ideas. En el supuesto de que te conozcas a la perfección y de que no tengas temor alguno a ser rechazado cuando te encuentras en relaciones personales / profesionales con valores dispares ¿sabes transmitir tus ideas con claridad?

Gran parte de los problemas de las relaciones interpersonales son por la dificultad de expresar con claridad aquello que quieres, sientes, necesitas. Y también por la falta de escucha activa de lo que los demás te quieren transmitir.

 

¿Has identificado cómo es tu nivel de comunicación?

¿Has evaluado cómo te expresas, escuchas, observas y analizas la información que comunicas y recibes?

¿Eres consiciente del impacto de tu comunicación?

 

Ahora súmale todo esto a transmitir algo tan complicado como son los valores, esos pilares que sustentan tu vida y que, aún con la misma denominación, suponen diferentes significados para cada unos de nosotros.

 

Viendo todo esto, lo sorprendente es que tengamos relaciones personales duraderas y que en los procesos de selección consigamos predecir con éxito el ajuste entre candidato y organización o un equipo ya formado.

 

Por eso te invito a que tengas más first dates de las buenas y menos máscaras.

 

Imagen: google.com

 

 

 

Si te contase que participo por tercera vez como docente en el Programa Superior de Coaching y Mentoring de la Cámara de Comercio de Gijón y Linkinpeople, después de leer lo que opino sobre el ejercicio del coaching y la psicología, podrías pensar que no estoy en mis cabales, como poco. Pero no puedo estar más cuerda al hacerlo y te explico a continuación el motivo.

Como ya sabrás (y si no es así, insisto) para mí el coaching es una herramienta: potente, transversal y transformadora. Una herramienta con una tremenda base filosófica, psicológica y humanística que necesita de formación técnica, práctica y supervisión continua para poder llegar a conseguir los resultados que pretende. Estos resultados suponen la toma de consciencia de la persona que la «recibe» para poder llegar a realizar los cambios vitales que busca con la mayor eficiencia y rentabilidad posible. Dentro y fuera de las organizaciones.

El motivo de seguir formando parte de este equipo es la calidad profesional y humana del mismo, donde todos estamos alineados y compartimos los valores de la excelencia en la formación y transmisión de conocimientos basados en la práctica y la experiencia con las personas.

 

Creo que no hay mejor forma posible de hacerte llegar nuestro sentir y es a través de la opinión todos los integrantes al respecto.

 

 

 

 

 

Y aquí la tienes:

 

Aplicar herramientas de coaching requiere identificar una serie de competencias personales que hay que conocer y desarrollar. Este programa te ayudará a realizar un profundo ejercicio de autoconocimiento que, unido a un plan de desarrollo personal, te ayudará a poner en práctica el coaching con las mayores garantías de éxito.

 

Un parte crucial del programa es dar información de base a los psicólogo y no psicólogos, sobre las aportaciones de la Psicología a los fundamentos y prácticas del Coaching y del Mentoring. El 90 % del fondo deriva de la Psicología y es necesario acercarse a esos enfoques y entender cómo se aplican, para poder adquirir el fundamento, sentido y rigor que el conocimiento psicológico aporta a los procesos de Coaching.

 

Me siento orgullosa de poder participar en este proyecto formativo, de la mano de una organización coherente y con las ideas claras, y acompañada de esa perfecta conjunción de profesionales y personas, que son mis compañeros.

A través de la PNL (Programación Neurolinguistica) conseguiremos ajustar nuestro enfoque a nuestros intereses, y generar nuevos hábitos, tomando como base que interpretamos nuestro mundo a través del lenguaje. Y lo haremos entrenando nuestro cerebro con el mejor entrenador que tenemos, el que está cada día a nuestro lado, desde que nos despertamos…: NOSOTROS.

 

El propósito es mejorar la confianza de los futuros coachs a la hora de abordar procesos y dotar de herramientas que les permitan poder acompañar a los coachees en su proceso de cambio a través de una metodología centrada en soluciones y donde se tome conciencia de que los clientes tienen recursos y fuerzas para resolver sus propias quejas, donde se asume que el cambio es constante y donde el cometido del coach es identificar y ampliar el cambio. Como coaches, tenemos un deber muy claro, primero conseguir claridad en nosotros mismos y buscar luego señales de claridad en los demás

 

Entiendo el Coaching como un conjunto de herramientas poderosas en el día a día de una organización. Intentaré transmitirte cómo usamos dichas herramientas en las organizaciones, enfocadas hacia múltiples fines: solución de conflictos (previa a que se desaten o una vez que ya han explotado reconducirlos), mejora continua (no deja de ser preguntarse una y otra vez cómo mejorar los métodos, la eficiencia y la productividad) o el compromiso de los miembros de la organización (“no te preocupes, ocúpate”), entre otras muchas facetas organizativas. Y todo ello partiendo de la necesaria identificación de pérdidas organizativas, lo cual nos ayuda a objetivar, cuantificar y poner en valor las aportaciones de los departamentos de Recursos Humanos.

 

Los retos en las organizaciones del siglo XXI se perfilan con tecnología y los “soft skills” necesarios para trabajar en equipos multiculturales y “crossfuncionales” del siguiente nivel. Compartiré contigo los conocimientos necesarios para diseñar, mantener, reparar, desarrollar y obtener lo mejor de sus equipos, aplicando técnicas de coaching, ampliamente avaladas con muchas experiencias trabajando con equipos tanto nacionales como internacionales.

Por otra lado, el coaching ejecutivo ayuda a los líderes a conectarse con sus desafíos y a desarrollar las personas de su entorno. Te transmitiré mi experiencia en este campo, respaldada por más de 15.000 horas de trabajo en la práctica como coach ejecutivo de grandes empresas.

 

El coaching deportivo es el conglomerado que aúna las técnicas más eficaces de comunicación interpersonal con la psicología deportiva. Es el complemento que optimiza las principales profesiones dentro del mundo del deporte: entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, médicos directivos, nutricionistas, representantes, periodistas o árbitros.

El valor de estas herramientas de coaching, junto con el conocimiento y técnicas de la psicología del alto rendimiento, tienen un valor práctico en el resto de ámbitos no deportivos, donde la persona está sometida a la presión de los resultados. De ahí, que este módulo de coaching deportivo sea fácilmente extrapolable a cualquier área del rendimiento: deportivo, empresarial, académico y personal.

 

El Mentoring es un método de trabajo con personas muy extendido y eficaz, que se complementa y comparte algunos aspectos y técnicas con el Coaching. Es por esto por lo que para  alguien que se forme en Coaching sería muy recomendable complementar su formación y recursos con el Mentoring.

No obstante el Mentoring por si mismo es un método de trabajo en RRHH suficientemente eficaz y potente como para poder utilizarlo por sí solo. Su metodología aporta innumerables recursos a quienes lo estudian y ejercen, permitiendo al mentor acompañar al mentee a alcanzar sus objetivos, desarrollar habilidades y ganar en eficacia. Cada vez más organizaciones incorporan procesos de Mentoring en su desarrollo y crecimiento, o mentores para procesos individuales, debido los constatados buenos resultados.

 

Espero ver tu cara y tus ojos llenos de ilusión el próximo 8 de marzo cuando arranque esta tercera edición, y mientras tanto, podemos hablar de lo humano, de lo divino y de coaching… si lo necesitas.

 

Imagen: google.com

Mario López Guerrero ha venido a visitar mi blog y lo hace con esa energía calmada que transmite con un cuasi manual sobre la gestión del tiempo.

A veces tengo mis dudas sobre su forma de llevar a cabo la última de las decisiones de las que nos habla hoy, pues su cabeza siempre esta gestando algo interesante. Lo que sí tengo muy claro es que lo lleva a la acción y a la realidad de la que te habla en este post, pues es un hecho que se gestiona a las mil maravillas y que consigue grandes resultados.

Espero que disfrutes tanto como yo de esta visita y de la invitación que tienes al final del post, dos regalos a los que no deberías decir que no.

 


 

No tengo tiempo, tengo que gestionar el tiempo, no tengo tiempo, tengo gestionar el tiempo, no tengo tiempo, tengo que gestionar el tiempo… Y así se pasan los días como se le pasaban al Conejo Blanco en el clásico de Lewis Carroll, “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”. Corriendo con el tiempo en los talones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y es que, a veces, nos creemos que estamos en ese mundo de las maravillas y en lugar de hacer listas de tareas, escribimos listas de deseos: Hoy me gustaría hacer esto, lo otro, lo de más allá y seguro que tengo tiempo para hacer algo más y si alguien me pregunta si tengo un minuto, le diré que “sí, claro, ¿qué quieres?”…. O lo que es peor, la lista de los tengo que: hoy tengo que hacer 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7… Pues ¡no! No lo vas a hacer y lo sabes.

No tengo tiempo es una mentira. Sí, tienes tiempo. De hecho lo único que tenemos es tiempo. 24 horas al día a 60 minutos por hora. ¿Qué hacer en ese tiempo es lo que nos toca decidir? Por tanto, no gestionamos el tiempo, gestionamos lo que hacemos con el tiempo. Gestionamos decisiones. ¿Qué decisiones? Cuatro decisiones: objetivo, pensamiento, acción y descanso. ¿Qué quiero hacer? ¿Cómo lo voy a hacer? Lo hago y descanso.

Es fundamental hacerse responsable del tiempo que tenemos y saber decidir qué hacer y qué no hacer. No vale con decir seguro que lo haré o quiero hacer. No. La decisión es fundamental. Qué sí, qué no. Que sí ahora, que sí después, qué no. Pero más vale que empezamos a pensar en que hay cosas que no vamos a hacer y no sentirnos culpables por ello. El tiempo es una cuestión de oportunidad. O hago una actividad o hago la otra. O voy a una reunión o me queda en la oficina trabajando, o voy en coche o voy andando. O estoy con mi familia o no estoy con ella. Decidir conlleva un coste de oportunidad. En el mundo de las maravillas, puede que tengamos tiempo para todo; en el mundo de las realidades, no es así.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo decidir qué hacer o qué no hacer? Hace décadas David Allen ya investigó este tema y dejó establecidos los principios del método GTD (Getting Things Done) que hoy, muchos siguen desarrollando. Básicamente, se trata de tener tu propio sistema desde que sabes que tienes que hacer algo hasta que lo haces. Y por dónde empezamos, por abandonar la memoria y apuntar. ¡Sácatelo de la cabeza! No utilices la memoria para guardar acciones. Utilízala para ser más productivo. Si lo puedes apuntar, no lo tienes que recordar. Apunta en un bloc de notas, en una libreta, en una aplicación del móvil, haz una foto, grábate un mensaje, mándate un mensaje al e-mail… la forma la decides tú, pero anota. Anota todo lo que tienes que hacer o algo se quedará sin hacer por el camino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez anotado, busca tu momento “PLAN”: Piensa Las Acciones Nuevas. El momento PLAN es en el que revisas lo que se supone que tienes que hacer y tu decisión de lo que vas a hacer. ¿Cuándo? Las dos próximas horas. De nada sirve organizarse la agenda de todo el día si a las dos horas, ya sabemos que las urgencias y los imprevistos han destrozado la agenda que teníamos. Si planificamos dos horas somos realistas; si planificamos todo el día… ¡suerte! Puedo decidir hacer algo más tarde, en otro momento de la semana o algún día de mi vida, pero lo real es lo que vas a hacer en las dos próximas horas.

 

Ya sé lo que voy a hacer las próximas dos horas y sobre todo, sé lo que no voy a hacer. Primera decisión. Ahora toca hacerlo. Por pensar en hacerlo, no se hace solo. Es el momento de la acción y ahí jugamos con nuestro robot interno. ¿Qué es el robot interno? La forma en que hemos aprendido a actuar. Nuestros hábitos: decimos que sí a todo, hacemos una llamada, discutimos con alguien (porque tenemos razón), mantenemos un orden propio que nadie diría que es orden, enviamos un correo, empezamos varias actividades y no cerramos ninguna, hacemos otra llamada, discutimos por segunda vez (claro que tenemos razón), hacemos varias cosas a la vez porque podemos y evidentemente, demostramos que somos capaces de hacer varias cosas a la vez y mal, enviamos otro mensaje, discutimos por tercera vez (ahora está claro que tenemos razón) y entramos en una reunión (esto merece un post aparte), salimos de la reunión y el teléfono nos dice que tenemos veinte correos sin leer y cuatro llamadas (un día flojo), discutimos por cuarta vez (a lo mejor no importa quién tiene la razón)… Somos los hábitos que nos hemos creado. La mala noticia es que para tener tiempo tenemos que desaprender muchos de ellos y eso cuesta. La buena noticia es que se pueden crear hábitos productivos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y finalmente, llega el turno de descansar. Muchas veces no descansamos bien porque tenemos muchas cosas que hacer, pero para hacerlas necesitamos energía y solo la tendremos si descansamos. Hay un enanito en la cabeza que te dice: aguanta un poco más, no duermas, no seas vago que tienes mucho que hacer… y ese mismo enanito, al cabo de un tiempo, te dice: claro que te duele la espalda, no descansas… Descansar es necesario. Punto. ¿Cómo descansas? ¿Qué haces para descansar?

 

Sí tengo tiempo, gestiono las decisiones que tomo con el tiempo que tengo, decido qué hago y qué no hago, lo hago y descanso. Dime con qué tiempo andas y te diré quién eres: si el Conejo Blanco del país de las maravillas o la persona responsable del país de las realidades. ¡Que el tiempo te acompañe!

 

Dibujos: Mario López Guerrero

 

Aprovecho la ocasión para invitarte el próximo 23 de febrero al primer aniversario de la Revista VEINTE que se celebrará en Madrid. Es una oportunidad única de compartir tiempo de ocio y crecimiento con profesionales de la gestión del talento y las personas en un marco incomparable.

¿Quieres asistir? Aún estás a tiempo!

Entra en https://www.revistaveinte.com/aniversario/ e inscríbete para ser parte de este todo que ha creado Mario con tanto mimo y detalle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si gestionas talento en una organización del sector tecnológico, es muy probable que todo lo que te cuente, ya lo sepas… Y si formas parte de este apasionante y cambiante mundo, quizás también suene todo lo que aparece en este texto.

 

Y si es así ¿qué hacemos entonces hablando de algo que ambos ya sabemos?

 

Pues porque nos gusta mucho más hablar (ya sea en forma de queja o de reflexión) que hacer. Me explico…

 

Desde hace 3 años, trabajo con varias empresas TIC y es una tónica constante la que se repite con determinados perfiles profesionales como son los PM (Project Manager). Me encuentro, y como yo las organizaciones, con profesionales altamente cualificados a nivel técnico pero con un potencial a desarrollar en competencias emocionales. Lástima que se quede solamente en potencial en muchas ocasiones.

 

La experiencia y conocimiento técnico, no sólo se presupone por titulación, sino que es demostrable y observable en un proceso de selección, siendo el principal motivo por el que son seleccionados los candidatos. A través de una entrevista por competencias, si eres un profesional de los RRHH, te resultará “fácil” dar con ello.

Otra historia, son las competencias emocionales. Esas grandes olvidadas en el proceso de selección y que deberíamos incluir para poder predecir con mayor exactitud el comportamiento del candidato en la organización.

Yo, que las tengo muy presentes porque sé de su valor, implanto en cada proceso mi modelo de entrevista emocional donde se trabajan los componentes emocionales del candidato desde antes de su entrada en la organización como factor clave de éxito.

 

Si un técnico, necesita aprender un nuevo lenguaje de programación para cumplir con la excelencia en los servicios que ofrece la empresa, es más que posible que tanto organización como empleado estén de acuerdo en ello. Incluso que ambos se anticipen a las necesidades de los clientes y propongan nuevas técnicas si están pendientes de las tendencias del sector. Esto ocurre, es así y además es uno de los factores de éxito que se repiten en las empresas que veo desde dentro y que están en plena fase de expansión.

 

Pero cuando un perfil técnico no encaja con el resto del equipo o no transmite como se esperaba la información a sus colaboradores. Cuando es tan bueno a nivel técnico que decides que sea PM, pero luego te das cuenta de que no conecta con el cliente o no sabe delegar… ¿lo tienes tan claro? ¿sabes que eso también se entrena? ¿lo tuviste en cuenta a la hora de que seleccionar a esa persona para formar parte de tu equipo?

 

Como aprendizaje en este tiempo, me he ido encontrando con una serie de competencias que se esperan de los mejores PM y que se presupone que tienen, pero que son más potenciales que reales y dejamos pasar la ocasión de entrenar el verdadero talento en nuestras organizaciones.

 

Quiero compartir contigo las principales áreas de mejora y potencial que las empresas demandan y que en muchas ocasiones, encuentran que ya tienen dentro de sus organizaciones:

 

  • Comunicación: saber escuchar, saber hablar en público, presentar proyectos a pequeños/grandes grupos. Definitivamente no puede ser un perfil donde predomine la competencia técnica por encima de las demás. Un buen PM es un excelente gestor de comunicación, canal de información y transmisión de ideas. Y para eso, es vital entrenar la comunicación y saber hacer preguntas poderosas, todo un arte.
  • Delegación eficaz: Es muy frecuente encontrarse con PM que disfrutan tanto de las funciones técnicas de su puesto (o que suponen tal carga de trabajo) que asumen con mayor o menor gusto las mismas. Y no las sueltan… Y si no las sueltan, no hay tiempo para invertir en supervisión, formación, mentorización o tutorización de su equipo y dar vía libre a un liderazgo más eficaz. Si quieres saber más sobre los Síndromes que impiden una delegación eficaz, ya sabes.
  • Liderar desde la emoción: un buen PM es un buen líder, a pesar de tener funciones de director o coordinador, en el fondo no deja de tener que convencer, guiar, negociar a su equipo e intentar ordenar todas las piezas del puzzle de manera armoniosa. Yo lo llamo así: saber liderar desde la emoción. Con lo que con la gestión emocional propia y ajena, que también se entrena, se convierte en parte fundamental de mejora y hace a los equipos más eficaces. También en el sector tecnológico, también…
  • Gestión de equipos: en realidad, un buen PM sabe gestionar talento, personas. Las cohesiona y mueve según su potencial, observa comportamientos y roles, los dinamiza y obtiene el máximo partido de las sinergias que surgen en las relaciones interpersonales.
  • Innovación: un buen PM gestiona, cataliza e impulsa el cambio constante y permanente y lo dirige haciéndolo apasionante, disminuyendo el desgaste que supone porque lo guía hacia la mejora continua que supone para el proyecto, el equipo, la organización. El cambio es inherente a su función y lo acepta y disfruta a partes iguales.
  • Visión empresarial: este es uno de los principales escollos, el carecer de visión empresarial y estratégica. Quizás este sea el más complejo por la costumbre de alejar a los perfiles técnicos de la estrategia empresarial, no incluirlos en reuniones de comités directivos, aunque sea de manera ocasional o trabajar la misión de la organización con ello. Si unimos a esto, el poco gusto de manera natural que puede presentar cualquier persona por los entresijos empresariales, quizás sea la más dificultosa de obtener resultados evidentes tras su entrenamiento. Pero si una vez detectado, no lo potenciamos, entonces no lo sabremos nunca.

 

 

Si las habilidades técnicas son mejorables más allá de lo que tu equipo (o tú mismo) trae de serie y del motivo por el que forma parte tu organización, ¿no crees que ya es hora de tener en cuenta las competencias emocionales que determinan el éxito y la excelencia de tu proyecto?

Si ya sabes o estás a punto de descubrir que tú o tu equipo podéis ser mejores PM, dime en qué puedo ayudarte. Quizás ya exista algo aquí en formato online o presencial para ti o quizás sea  cuestión de que nos sentemos y diseñemos a medida lo que necesitas.

 

No olvides, que soy #TuPsicóloga.

Imagen: google.com

 

– La “abuela” que ha contratado Disney

Concha García es una señora de 88 años a la que le gusta  pintar con el programa Paint. Y sobre todo estar con su familia y con mis amigas. Eso dice de sí misma en su perfil de Instagram @conchagzaera.

Todos la conocemos a raíz de ser invitada por Disney a participar en el estreno de la película de “El regreso de Mary Poppins” con motivo de su dibujos prácticamente perfectos en todo sobre la famosa niñera londinense. Lo que empezó como una afición, ha desembocado en una oportunidad de colaboración con el gigante de la animación infantil gracias a las competencias digitales, la determinación y el talento (senior?) que ha mostrado Concha en la red social de la imagen por excelencia.

Puedes seguir la historia de Concha en este enlace:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/td1-abuela-disney-201218/4903885/

 

– La estudiante aventajada

Manuela está a punto de finalizar sus estudios de ingeniería, se encuentra realizando su TFG y estudiando las últimas asignaturas pendientes para poder llegar a desempeñar la profesión para la que tanto tiempo lleva preparándose. Mientras, ocupa su tiempo libre (poco, en realidad) a trabajar los fines de semana en una cadena de comida rápida y así poder ser independiente económicamente.

Pero no quiero hablarte de su gestión del tiempo, su polivalencia o capacidad de adaptación, sino de una colaboración que le propusieron hacer en el canal de Youtube de un amigo. Su aportación consistía en profundizar en un área concreta de la temática central del vídeo, con lo que superó su miedo a la cámara, a la exposición y a las críticas (sobre todo, a la suya propia) y se animó a participar.

Meses después, en el examen de una de esas asignaturas pendientes, donde su nota no había sido sobresaliente pero sí suficiente, el profesor le felicitó por la capacidad de concretar y transmitir el conocimiento en dicha materia a través de la red. La había visto en aquel modesto canal de Youtube!!!! Y consideró que no todas las competencias necesarias para obtener buena nota, se podían apoyar en el formato del papel escrito.

 

– Cv vacío, blog lleno.

Hace unos meses realicé un proceso de selección para una empresa de moda. Buscaban un perfil determinado que no acababan de encontrar, a pesar de estar abiertos a muchas condiciones impuestas en sector (edad, experiencia, aspecto físico).

De entre los cv recibidos, destacó una persona: joven (recién cumplida la mayoría de edad), sin experiencia, ni formación reglada pero con un blog y unas redes sociales impecables en lo que a estilo y moda se refería. Un cv donde primaban sus competencias profesionales adquiridas de manera autodidacta frente a la ausencia de formación y experiencia  contrastada con otras entidades, fue el motivo por el que se decidió convocar para la entrevista. Un cv lleno de creatividad, donde los mismos detalles gráficos que aparecían en él, estaban muy alineados con los valores de la empresa (ojo, era un anuncio ciego, donde la entidad prefirió aparecer identificar).

Su juventud e inexperiencia no ayudaron mucho a que fuese una entrevista fluida, pero también su frescura y cercanía hicieron que encajase a la perfección con la esencia de la marca. Y obviamente, todas las propuestas de creatividad a nivel digital y de espacios, hicieron que fuese el candidato elegido casi desde el principio.

Y lo fue. Y continúa en la empresa demostrando todo su potencial y con una importante proyección dentro de la entidad. Creo, que la (s)elección fue acertada.

 

 

En resumen, ¿qué extraigo de estas situaciones reales y el nuevo contexto laboral? Pues que como te decía al principio, un nuevo mercado laboral necesita de nuevas competencias profesionales, entre las cuales destacaría:

 

– Competencias digitales: no sólo supone tener un blog o un canal de Youtube. En líneas generales consiste en saber qué herramientas necesitas desarrollar o aquellas en las que destacas en un entorno digital, desde una excelente forma de redactar emails con información delicada hasta hablar a la cámara con soltura. Es cuestión de que seas consciente de que los nuevos canales de comunicación requieren de nuevas competencias y quizás ya posean algunas que tengas que adaptar y otras que tienes que sudar la camiseta para conseguirlas.

 

– Adaptación: no sé si más innovación, si más gestión del cambio o más resiliencia. A nivel conceptual está muy bien la discusión etimológica y los matices lingüísticos pero lo realmente importante es que aprendas de una vez por todas, que las reglas del juego han cambiado. La estabilidad, permanencia y estancamiento en un puesto de trabajo ya no existe, incluso ya ni es algo valorado positivamente. El propio mercado laboral no es un caldo de cultivo favorecedor para ello. Por eso, cuanto antes empieces a potenciar las competencias que te hagan destacar en esta volatilidad, mejor. Estoy más que segura de ya que tienes algunas, tan sólo necesitas moldearlas en otro entorno distinto al que las ponías en práctica hasta ahora.

 

– Estrategia y verdad: imprescindibles que vayan de la mano para conseguir tus objetivos, para pasar de la situación A a la B. Inseparables para que tengan sentido y llegues a quien tengas que tengas. Aquí añadiría de pasada la persistencia en el sentido de no tirar la toalla a la primera de cambio que alguien no valore tu perfil y tus competencias como las adecuadas para el puesto. Muchas veces nos empeñamos en insistir en que nos acepten donde no encajamos, en donde no es nuestro lugar. Antes de desistir, intenta hacer llegar a tu verdad al lugar y las personas adecuadas con un cambio de estrategia.

 

Imagen: interpretación del cartel de la película ‘El regreso de Mary Poppins’ del perfil de Concha García en Instagram @conchagzaera.